Dios ha muerto, y su cadáver flota pudriéndose perdido en el atlántico. Los ángeles, en sus últimas horas de vida antes de marchitarse, encomiendan la tarea al Vaticano de enterrar el cuerpo de Dios en una tumba helada.
Pero esto sería muchísimo más facil si Dios no midiera unos tres kilómetros. Serán necesarios los servicios de un marinero para remolcar tan pesada carga...
James Morrow parió la llamada Trilogía del Altísimo tiempo ha, y más tarde la primera parte de esta saga ("Remolcando a Jehová") fue editada en Spaña por Norma Editorial bajo la colección Brainstorming.
Si bien no son libros redondos y sufren de verdaderos altibajos, merecen una vistazo para contemplar el esperpéntico visionario del autor.
Si en algo tiene fuerza Morrow es en crear imágenes para está extravagante idea inicial, anécdotas sueltas realmente graciosas, satíricas.
El mundo que retrata no se empieza a preguntar cual fue la causa de la muerte del Creador, el mundo que refleja es mucho más humano y vil: Los ateos pretenden cargarse el cuerpo de Dios puesto que contradice todo lo que ellos afirmaban, las feministas se acojonan ante el hecho de que Dios sea un hombre (y blanco y de aspecto escandinavo, y con un enorme pene mordisqueado por los tiburones), el Vaticano contrata barcos que lo remolcan con gruesos cables de acero unidos al interior del oido, la tripulación se da cuenta de que sin un Dios que juzge pueden dedicarse a la violencia a la sodomía y a la diversión malsana con total impunidad, un grupo de fanáticos de la segunda guerra mundial es contratado para bombardear el cadáver...
El imaginario de personajes extraños es simpático y aunque el libro pierda fuelle en algunos momentos (como la llegada a la isla por parte de la tripulación), tiene algunos otros (la exploración del cuerpo de Dios en un todoterreno, la monja contemplando el inmenso pene de Dios y preguntandose si será pecado, la "comunión masiva" organizada cuando tras quedarse sin alimento la tripulación comienza a hacer hamburguesas con la carne de Dios) que son memorables y compensan su lectura.
A la espera de la publicación de los dos siguientes capítulos y superando algunas críticas (no muy desacertadas, que dicen que es una gran idea pero algo hueca en el fondo) "Remolcando a Jehová" es un libro que merece quizás una ojeada.
Y a mi si que me gustó*, que coño.
(*) Menos el desmadre en la isla,algo fuera de lugar me temo.
D.C.R. :
Ha decidido que la vida es más trágica sin caperucitas ni lobos y pretende perderse de nuevo en el bosque a robar cestas a desorientadas niñas, o niñas a confiadas cestas.