Había una vez... Le vino a la cabeza la imagen de ella, anteanoche, tendida, sollozando, sobre la cama: -Fue un error, lo siento... - era lo único que ella podía alcanzar a decir entre lágrimas. Él nunca entendió como pudo engañarle con ese payaso. Si él siempre había sido más inteligente, más apuesto, más educado y mucho más atento para con las necesidades de ella. Eran ocho años de relación, por eso aquella extraña traición le estaba comiendo por dentro. Y ahora ahí estaba ella, frente a él. Tan guapa como siempre pero mucho más frágil y delicada que nunca. Temblorosa, le miraba con ojos tristes. Era muy vulnerable ahora. Sobre todo ahora. El público estaba guardando un respetuoso silencio. Él recojió los cuchillos de la mesa y ella se colocó la manzana en la cabeza. Trás el telón miraban aterrados el domador, la mujer barbuda, el hombre-pez y casi todos los payasos. Casi todos, faltaba uno. Levantó el primer cuchillo en el aire y apuntó levemente antes de lanzarlo. Ya sabía lo que iba a decir para justificarse: -Fue un error, lo siento...
Respecto al hombre muerto comentado en letra roja mas abajo, quisiera añadir una pizca de informacion que me parece no se ha dicho anteriormente, ese hombre era vecino del señorito Dark, ergo mio tambien.
Por eso me gustaria confirmar ese sentimiento humano y a la par nulo de lastima que la gente siente al ver morir a alguien que por muchos años que ha vivido a menos de 10 metros de nosotros....no era nadie para nosotros(valga la rebundancia) del mismo modo que nosotros no lo eramos fuimos o seremos para el o cualquier otro vecino del edificio.
Lo de que era vecino es algo que descubrimos a posteriori, por cierto. En el momento en el que estaba tumbado en la acera la verdad es que no me sonaba de nada.
D.C.R. :
Ha decidido que la vida es más trágica sin caperucitas ni lobos y pretende perderse de nuevo en el bosque a robar cestas a desorientadas niñas, o niñas a confiadas cestas.