Quiero que lo entiendas: Tú puedes leer esta línea y cuando hayas llegado al punto que la cierra aún recordaras el principio de la misma.
Él no.
Antes tenía una memoria excelente, era director de orquesta y a la vez un auténtico genio acariciando el piano. En su cabeza se alojaban más de un centenar de piezas. Podía incluso reproducirlas sobre una hoja en blanco con extrema facilidad y sin fallo alguno.
Antes recordaba cada detalle de la vida cotidiana, los más nimios y simples. Sabía donde dejabamos las cosas, por eso nunca perdiamos las llaves.
Antes era ungenio para las fechas; Todos los momentos de nuestra vida juntos parecían estar grabados a fuego en algún rincón de su cabeza: Donde y como me conoció, que fué lo primero que nos dijimos, cuando tuvó valor para acompañarme una tarde, que es lo que llevaba puesto yo, el momento en el que decidió declararse. Apostaría a que podría decirte incluso que hora era en cada uno de esos momentos memorizados.
Antes tenía una memoria extraordinaria para los números: Recordaba matrículas de parientes y fechas de nacimiento.
Y ahora...
Ahora no puede retener ningún tipo de información por más de 15 segundos.
Su cerebro se apagó de repente, se saturó o decidió dejar de funcionar. Se durmió por tres años y luego decidió despertarse de la misma manera inexplicable en que se ausentó. Pero volvió vacio. Así de simple. Los recuerdos volaron se escondieron en algún rincón y él no consiguió encontrarlos. Como perder unas llaves y no descubrir nunca que las llevas en el bolso de la chaqueta. Todo seguía ahí pero no había forma de llegar a ello.
Los médicos dijeron que la amnesía que presentaba tras volver del coma le impedía recordar el pasado y a la vez asimilar el futuro. Que su memoria a corto plazo solo servía para brevísimos lapsos de tiempo. Los 15 segundos que te he dicho.
Parece una persona normal a simple vista. No se le ve perdido, porque es incapaz de recordar cuando se ha perdido, pero es imposible hablar con él. No puede seguir un hilo de conversación. No tiene pasado ni puede ser consciente del futuro. Está condenado a vivir eternamente el presente.
Sólo dos cosas han permanecido indelebles: La primera es la forma que tiene de tocar el piano, sentarlo tras unas teclas hace que las descubra como la primera vez y que las haga sonar como siempre.
La segunda soy yo: Siempre que me ve, en su diminuta memoria tiene el recuerdo de haberme tenido ausente por años. Así que se emociona, sonríe, se levanta y corre a abrazarme, me besa y a veces baila conmigo. Me susurra "Cuanto tiempo" y "Cómo te he echado de menos".
Es feliz cuando me descubre.
Cada 15 segundos ocurre eso.
Él es feliz, pero yo cada 15 segundos me siento culpable un crimen que no he cometido.
Porque hace mucho tiempo cuando llevabamos ya demasiados años de casados, deseé que él fuera exactamente como es ahora.
Tu sabes hacerlo mucho mejor. Y no hablo de los cunnilingus (que eso si que es una pasada) si no que le falta un nosequéqueseyo que me ponga farrucona.
D.C.R. :
Ha decidido que la vida es más trágica sin caperucitas ni lobos y pretende perderse de nuevo en el bosque a robar cestas a desorientadas niñas, o niñas a confiadas cestas.