Alguien estaba taladrando el timbre incesantemente. Mónica levantó la mirilla de la puerta. Y echó un ojo. -¡Chiflada, hija de puta! Abreme la puerta. Monica resopló y levanto el pestillo. Cuando abrió la puerta Linda entro dandole un empujón. -Dime donde cojones está -¿Que haces aquí? -Solo dime donde está, no he venido para hablar contigo. Y desde luego no he venido para hacerme la perdonavidas. -Ah coño, ahora encima tengo que aguantar que entres en mi casa a las tantas para ponerme a parir. -Mira vete a la mierda, no pienso discutir, solo he venido a por lo que es mio. -¿Y como cojones sabes que está aquí? -¿Que otra persona podría tenerlo? Todo esto empezó en el momento en que tu y yo lo dejamos. -En el momento en que yo lo dejé, diras. Fue decisión mia. -No me jodas, no pienso discutir otra vez sobre eso. -¿Tu has venido aquí por algo más, no? -Mira.. -Tus cosas están en mi armario, metidas en una caja de zapatos, tampoco es que te dejaras mucho cuando te fuiste. Linda cruzó el salón y fue directa a la habitación de Monica. Aquella casa se la conocía al dedillo, algo lógico pues también fue suya. Abrió el armario y apartó los abrigos, una pequeña caja estaba estancada en el fondo del armario. La recojió comprobando que algo latía dentro. De rodillas sin ni siquiera sentarse, abrió la tapa y sonrió levemente al encontrar lo que buscaba. Mónica entró en la habitación. -¿Estaba ahí? -Tu que crees- Linda recogió la caja y la apreto contra el pecho, como si quisiera evitar que alguien se la quitara. -Entonces será mejor que te vayas.- sentenció Monica Antes de salir Linda le dijo a Mónica -Tienes suerte de que no te denuncie, hija de puta, esto ha sido un robo. Mónica desde el umbral de su casa, viendo como se cerraban las puertas del ascensor no pudo evitar la replica: -Si estaba aquí no fue porque yo te lo robase. Fue porque tu quisiste dejartelo.
Mientras volvia a su casa, Linda revisó el contenido de la caja.
Algún que otro capitulo si que puede haber... pero bueno. De todos modos se echan en falta más historietas surrealistas y/o de finales sorprendentes. Fueron las que me engancharon a tu blog.
Lógico, era para lo que estaba pensado el blog en principio, pero la falta de tiempo (y conexión a internet) hace que a veces me ponga más a enlazar cosas curiosas.
De todos modos le veo más futuro a los relatos así que retomare la idea inicial en breves.
Esto de Necropolis empezó sin rumbo fijo y por azar (como casi todo, lo bonito es ponerse a escribir y que los personajes acaben decidiendo el rumbo de la obra), de ahí que algunos me hayan comentado lo rápido del desenlace.
D.C.R. :
Ha decidido que la vida es más trágica sin caperucitas ni lobos y pretende perderse de nuevo en el bosque a robar cestas a desorientadas niñas, o niñas a confiadas cestas.